Ver vídeo:
http://www.youtube.com/watch?v=8wQxlPMaZKs
El vídeo que comparto por esta vía no es nuevo, y tampoco el personaje, Achmed, the dead terrorist; y por más gracioso que pueda resultar ser el espectáculo, no oculta para nada la cruda realidad que no llegamos a ver o que simplemente se nos olvida durante la magia de la navidad.
Magia que no llega a muchas tierras, como Iraq, por ejemplo, un pueblo que se ha visto sumido en guerra, en violencia civil, en desequilibrio político y desarrollo económico convirtiéndolo en el segundo país más inestable después de Sudán.
Según nuestras tradiciones y creencias, y con diversidad de nombres, tal como el Hanukkah para los judíos, el Kwanzaa para los afroamericanos, Posadas para los mexicanos, el "Pikkujoulu" para los finlandeses, en fin todos tenemos una forma diferente de vivir estas fiestas, pero particularmente la situación de países como Iraq, me lleva a pensar en los hogares destrozados por una bomba, los padres o hijos que ya no están a causa de una bala perdida, los niños que viven con la mirada triste y la inocencia fracturada, y que ya no creen en la magia de la navidad todo por culpa de la insensatez del hombre que termina solucionando conflictos con la acción bélica.
Me embargan una serie de sentimientos cuando pienso en ello, entre tristeza, rabia e impotencia, todo mezclado a su vez; dando gracias por un lado por estar en el sitio donde me encuentro, por haber nacido y crecido en un país que me permitió, como a muchos, crecer personal y profesionalmente en el ámbito que quise, vivir en una sociedad armoniosa y disfrutar de costumbres y tradiciones según su momento en compañía de los míos, pero por otro lado a veces me inunda un sentimiento de vacío porque no tenia conciencia de todo lo que disfruto y he disfrutado, cuando existen otras personas que ya olvidaron como hacerlo.
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