16 julio, 2010

Pleito de Amar y Querer


Hoy recordando a un gran poeta venezolano, además de escritor y político, como Andrés Eloy Blanco, y aquí uno de sus poemas más preciados para mí.



Pleito de Amar y Querer

Me muero por preguntarte
si es igual o es diferente
querer y amar, y si es cierto
que yo te amo y tú me quieres.


Amar y querer se igualan
cuando se ponen parejos
el que quiere y el que ama.


Pero es que no da lo mismo.
Dicen que el querer se acaba
y el amar es infinito;
amar es hasta la muerte,
y querer, hasta el olvido.


Dile al que te cuente historias
que el mundo es para querer,
y amar es la misma cosa.


Querer no es amar. Amando
hay tiempo de amarlo todo:
a Dios, al esposo, al mundo;
tocar el borde y el fondo
y amar al hijo del pueblo
como al hijo del esposo.


¿Querer es ser para uno
y amar es ser para todos?


No; amar es amar, y amar
es como amar de dos modos:
a unos como hijos de Dios,
y como a Dios, a uno solo.


¿Amar y querer? Parece
que amar es lo que abotona
y querer lo que florece.


Dicen que amar no hace daño
donde querer deja huella.


Si querer es con la uña
donde amar es con la yema...


Querer es lo del deseo
y amar es lo del servicio;
querer puebla los rincones,
amar puebla los caminos;
queriendo se tiene un gozo
y amando se tiene un hijo.


Amar es con luz prendida;
querer, con la luz apagada;
en amar hay más desfile,
y en querer hay más batalla.


Luego querer no es amar;
querer es guerra con guerra
y amar es guerra con paz..


Querer no es lo que tú sientes,
querer no es lo que tú piensas;
tu querer de agua tranquila
ni bulle ni arrastra piedras.


Querer no es esa apacible
ternura que no hace huella.


Querer es querer mil veces
en cada vez que se quiera.


Querer es tener la vida
repartida por igual
entre el amor que sentimos
y la plenitud de amar.


Es no dormir por las noches,
es no ver de día el sol,
es amar sin dejar sitio
ni para el amor de Dios;


Es tener el corazón
entre las manos guardado,
y si ella pasa, sentir
que se nos abren las manos;


Es tener un niño preso
y envejecido en la cuna;
querer es brasa que vive
de la propia quemadura;


Es no reír, porque hay algo
de lágrima en la sonrisa;
es no comer, porque sabe
a corazón la comida.


Es haber amanecido
sin habernos explicado
cómo sin haber dormido
pudimos haber soñado.


Todo esto es querer y amar,
y amar es más todavía,
porque amar es la alegría
De crearse y crear.


Es algo como una idea
que inventa lo que se quiere,
porque el quererlo lo crea.


No hay un hombre que supere
a la versión que de ese hombre
da la mujer que lo quiere;
ni existe mujer tan bella,
ni existe mujer tan pura
como la que se figura
el hombre que piensa en ella.


Por eso, al estarte amando,
si con un amor te quiero,
con otro te estoy creando,
y tú, en el amor que sientas,
si con un querer me quieres,
con otro querer me inventas.


Pero allí no se detiene
la creación del amor
e inventa un mundo mejor
para el que ni mundo tiene.


Y el amor se vuelve afán
de gritarle al pordiosero:
-"Quiero, y porque quiero, quiero
que nadie te quite el pan"


Que nadie te quite el vino,
que no te duela en los pies
la limosna del camino;


Que te alces, alzado y frío
el puño de tu derecho,
prestado en rabia a tu pecho
el amor que hay en el mío.


Del obrero y sus quereres
todo el rescoldo se vea
cuando haga la chimenea
suspirar a los talleres,


Y en la voz del campesino
vaya un poco de mi amor,
como de savia en la flor,
como de agua en el molino.


Y así el amor es caricia
que se nos va de las manos
para servicio humanos
en comisión de justicia.


Amar es querer mejor,
y si le pones medida,
te resulta que el amor
es más ancho que la vida.


Amar es amar de suerte
que al ponerle medidor
te encuentras con que el amor
es más largo que la muerte.


Y en el querer lo estupendo,
y en el amar lo profundo,
es que algo le toque al mundo
de lo que estamos queriendo.

 
Andrés Eloy Blanco

12 julio, 2010

Por estas calles


                                                  Imagen obtenida de Wikipedia

Este fue el título de una conocida y “algo” larga novela venezolana, transmitida entre el año 1992 y 1994. Por estas calles, fue transmitida por RCTV, la planta televisiva que Chávez cerró, bueno a la que le negó la renovación de concesión. Fue una telenovela muy diferenciadora del resto de las producciones dramáticas que se conocen del país, y la cual a su vez, no merecía de su exportación ya que su temática se basaba en la situación social y política que vivía el país en ese entonces; y eso que Chávez no estaba en el poder, porque la verdad ahora podría durar fácil unos 5 años, o más.

Lo cierto es que se trató de una novela que mostraba aspectos significativos del día a día del país, y aunque no tengo intenciones de extenderme sobre su historia, podría acotar que muchos de esos personajes resultaron ser muy realistas y cercanos para muchos. Hoy día recordando un poco Por estas calles, puedo decir que saliendo a las calles en cualquier otro país, no dista mucho en realidad sobre lo que acontecía y quería transmitir esta telenovela en su momento.

Cada vez que me sumerjo entre las calles veo el andar de la gente que nunca tiene tiempo de mirar a los lados porque siempre hay prisas, los que transitan sumidos en su mundo particular, aquellos faltos de conciencia y que piensan que el metro o el tren sólo los recogerá a ellos en la estación, el más listo de todos que no paga transporte público y hasta clases de lección le da al hijo de cómo debe saltarse la verja de la estación, el justiciero anónimo que aplica sus propias “leyes” con la intención de construir una sociedad más “civilizada” y “sana”, el mendigo que pide en las plazas y calles para “subsistir”, los que sólo están preocupados por sus problemas, el que te mira de “arriba a abajo” como si fueses un “bicho” raro, el clasista, el xenófobo, el que espera que estés distraído para sustraerte la cartera, el defensor de los derechos humanos, el ecologista, el que con tan sólo una mirada se “cree” más que los demás, el que sin haberte visto nunca te regala una sonrisa y el que aún conociéndote prefiere mirar hacía otro lado para no saludarte.

No somos más que una copia “absurda” del reflejo de una sociedad hipócrita y vacía, que pregona “valores” que la mayoría no somos capaces de entender, defendemos ideologías y apostamos por ellas cuando muchas veces ni siquiera nos las creemos. ¿Cuántos momentos hemos tenido de expresar y opinar libremente lo que queremos?, pero que simplemente nos callamos por no poner el punto de la discordia, sino que simplemente nos dejamos “arrastrar” por ese movimiento en el que estamos sumergidos.

Por estas calles no estaba muy lejos de la realidad de otros países, no sólo transmitía el mensaje del movimiento de la sociedad de un país, sino muchos otros países o quizás todos. Hoy indagando en el recuerdo de esta novela y haciendo las comparaciones, sus diferencias podrían decir que eran: ¿idioma? ¿costumbres? ¿cultura?, pero en cuanto a nuestros problemas del día a día, siguen estando ahí para todos nosotros, los que no estamos de acuerdo con el gobierno de turno, los que criticamos el comportamiento de otros porque no concuerda con el nuestro, los que rechazamos las costumbres de otros, pero queremos que acepten las nuestras.

Y sólo para concluir, también me dio por escuchar el tema principal de la novela, titulado de igual manera, Por estas calles y por el cantautor Yordano Di Marzo, os dejo el vídeo ;)

03 julio, 2010

En el cine



Me fascina ir al cine, de niña mi padre y yo solíamos ir al cine todos los domingos, bien lo decía mi madre que ese gusto lo había sacado de él, ya que ella dependiendo de la película terminaba dormida en plena sala.

Durante la adolescencia prefería ir al cine con mis amig@s, pero igual los domingos ahí estaba mi padre dispuesto para ir, probablemente me recrimino mucho hoy en día el no haber aprovechado más tiempo con él, pero como todo en la vida eres joven y rebelde, y sólo quieres pasártela con tus amig@s.

Con el paso del tiempo, mis idas al cines incrementaban, ya mi padre le huía a esas idas al cine excusándose en la edad, la poca visibilidad cuando se llegaba tarde y su pierna que le molestaba cuando quería ponerla en movimiento después de 2 horas de estar sentado. Mi madre siempre estaba dispuesta, mientras la película fuese de terror o de acción, pero eso de dibujos animados tipos El Rey León, Shrek, Ice Age, etc … esas eran justamente las que la hacían dormir.

Por lo que mi compañero de la universidad y mejor amigo de ese entonces, se convirtió en mi compañero más asiduo a las idas al cine; y entre tantas idas, miles de anécdotas que recordar. La mayoría de las veces llegábamos algo tarde como para encontrar las luces encendidas, pero a tiempo para el comienzo de la película; por lo que entre una de esas “tantas” veces no encontrábamos asientos que cumpliesen con nuestras preferencias en ubicación, así que nos tocaba divisar asiento entre la parte central, lo cual implicaba ponerle el “culo” en la cara a todas las personas que tenías que “molestar” para poder llegar a tales asientos.

Tengo mis manías como muchos claro está, y entre una de ellas, suele ser colocar mi bebida a la izquierda, y justamente un día en particular mi lado izquierdo estaba ocupado por la bebida del “vecino”, que a él sí le iba bien tener su bebida a la derecha :s por lo que mi hábito tenía que ser modificado en cuestión de segundos, lo cierto es que a media película, donde estás ya demasiado concentrada y casi viviendo en carne propia la depresión de la pobre chica que ve que su amor no es correspondido por su jefe, se trataba de Sandra Bullock y Hugh Grant en Two weeks notice (Amor con preaviso), pues ahí estaba yo sin tener control de cuanto tiempo llevaba haciéndolo, bebiéndome la bebida del “vecino”. Sí que sentía una mirada sobre mí, algo “fija”, pero la vanidad femenina estaba siempre de por medio y le comentaba a mi amigo al otro lado, “creo que el tío de al lado quiere ligar conmigo, me mira mucho y me está marchitando” .. :s .. ¡mujer tenía que ser!

Lo cierto es que mi petulancia femenina fue derrumbada minutos más tarde, cuando el “vecino” me dijo: “¿quieres también palomitas?”, (notando el énfasis del también), que acto seguido caí en cuenta de la situación, ¡me había estado bebiendo su refresco!. Ya decía yo que esa no era la bebida que había pedido, pero en fin.

En resumen, me bebí el refresco del “vecino”, el tío resultó tener buen humor y terminamos riendo de mi metida de pata, y yo salí del cine con un vaso de Coca Cola Light tamaño familiar casi completo.

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