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16 septiembre, 2010

El poder de decisión de compra de la adolescente



La necesidad que tienen los adolescentes de reforzar su identidad en un momento de transición en el que todo su universo está construyéndose poco a poco, se revela como un motivo de peso que les mueve al consumo. El rápido crecimiento y aprendizaje de niños y adolescentes, debido al fácil acceso a la información por las nuevas tecnologías, nos determina que hoy en día es un segmento del mercado informado y por consecuencia más exigente.

Según los expertos en desarrollo infantil y relaciones padres-adolescentes, y como en este caso indica la gente de Guía Juvenil, sugieren que a manera de crearles responsabilidad y enseñarles el valor del dinero, es útil que los padres les asignen a sus hijos adolescentes un “salario” para sus respectivos gastos, lo que les permitirá aprender a ahorrar y a gastar el dinero con sensatez.

Cuando las marcas quieren lanzar al mercado un producto dirigido a este segmento, se deben establecer estudios tanto al público objetivo como a los padres, cuando se trata de adolescentes. Si nos basamos en experiencias propias e historias cercanas a nuestro entorno, muchos hemos podido constatar que los adolescentes en este período de sus vidas, evitan en lo máximo posible acompañar a los padres a hacer la compra. En el caso de una compra en plano algo más íntimo, como pueden ser los productos de cuidado personal, las chicas adolescentes en su mayoría prefieren tener la libertad de decidir por si mismas. Los cambios que atraviesan las adolescentes durante esta faceta, no son más que el simple afán de encontrar la originalidad (ser diferentes de los demás), de tener intimidad y de encontrar su propia identidad, además de que en este período se preocupan mucho más por su apariencia.

Aún cuando las investigaciones de mercado nos indican que las madres continúan comprando los productos de cuidado personal, algunas comienzan a confirmar que en ciertas categorías de productos compran el que les indiquen sus hijas y otras tantas que ellas mismas hagan sus compras con su propio dinero. A excepción de desodorante, en donde la madre se muestra cautelosa frente a este producto por el tema salud y la posible repercusión de las sales de aluminio.

Otro dato a tener en consideración, es que las chicas que tienen el poder decisivo al momento de la compra, además de valorar que la marca sea de confianza, que el precio sea realista (pues se trata del dinero de sus ahorro) y que sea creado específicamente para ellas, aseguran que muchas veces se leen las etiquetas de los productos con la intención de que sus necesidades sean cubiertas por el producto en cuestión y detestan ser engañadas.

La publicidad es un factor importante que las mueve a hacer la compra o pedir un producto en particular, incluso antes de verlo en la amiga o que se lo comenten.

04 junio, 2010

¿Qué es tener D.A.D.E.?



He recibido este mensaje de un amigo, que me ha causado gracia, además de cierta preocupación, me temo que muchos se reconocerán, de hecho en ocasiones ya me pasa :s

Déficit de Atención Debido a la Edad.

Veamos cómo se manifiesta: 

Decido lavar mi coche.
Cuando voy hacia el parking, veo que hay correo en la mesa la de entrada.
Decido revisar el correo antes de lavar el coche.
Dejo las llaves del coche sobre la mesa, echo a la papelera, que está debajo de la mesa, todo el correo publicitario y veo que la papelera está llena.!!
Decido entonces dejar las facturas sobre la mesa y vaciar primero la papelera.
Pero, entonces pienso que como voy a pasar junto al buzón de correos, cuando saque a la basura la papelera, puedo primero preparar el pago de las facturas.
Preparo mi talonario sobre la mesa, pero veo que no me queda más que un cheque.
Mi otro talonario está en mi despacho. Voy allí y encuentro sobre la mesa la lata de Coke que había empezado a beber.
Voy a buscar mi talonario, pero, antes de nada, es necesario que quite de ahí esta Coke, antes de que se caiga accidentalmente.
Veo que está templada, por lo que decido meterla en el frigorífico para enfriarla.
Me dirijo a la cocina con la Coke. El florero sobre la encimera me llama la atención: ¡Las flores necesitan agua!.
Dejo la Coke en la encimera y encuentro mis gafas para leer (que buscaba desde esta mañana).
Pienso que es mejor llevarlas a mi despacho, pero antes voy a poner agua a las flores.
Dejo las gafas en la encimera , lleno una jarra con agua y , de repente, veo el mando a distancia de la TV. Alguien lo ha dejado en la cocina.
Pienso que esta noche, para ver la TV, lo voy a buscar por todos los sitios y no me acordaré que está en la cocina.
Decido entonces llevarlo al salón, que es su sitio, pero antes voy a añadir agua al florero. Echo agua al florero pero vierto la mayor parte al suelo.
Entonces, pongo el mando en la mesa y voy a buscar un trapo para limpiar el estropicio.

A continuación vuelvo a la puerta, tratando de acordarme de qué quería hacer. 

Y al final del día :
  • el coche no está lavado,
  • las facturas no están pagadas,
  • hay una Coke templada en la encimera de la cocina,
  • las flores no tienen agua suficiente,
  • no tengo mi nuevo talonario,
  • no encuentro el mando a distancia de la TV,
  • no sé dónde están mis gafas
  • y no consigo acordarme de qué he hecho con las llaves del coche.

Además, me doy cuenta de que hoy no he hecho nada y no comprendo nada, pues no he parado en todo el día y estoy completamente reventada!
Me doy cuenta que hay un serio problema y es necesario que alguien me ayude, pero, primero voy a ocuparme de mis emails.



¡LA VEJEZ ES INEVITABLE. LA MADUREZ ES UNA OPCIÓN, REÍRSE DE UNO ES UNA TERAPIA!

13 mayo, 2010

Recordar es vivir

Muchas veces solemos tomarnos unos minutos de nuestro tiempo y dar un vistazo al pasado, tratando de recordar los buenos y no tan buenos momentos por los que nos ha tocado pasar, sin embargo muchos de ellos nos han ayudado a continuar o a aprender a distinguir lo que está bien y lo que está mal.

A menudo me gusta sentarme a recordar la época de la universidad, siempre me repito el mismo comentario: “me gustaría volver a vivir esos momentos”, sin darme cuenta que con tan solo recordarlos y sentirme tan, pero tan bien recordándolos ya los estoy viviendo nuevamente.

Un gran y recordado amigo de la faceta de la universidad, siempre nos decía a mi mejor amiga y a mí que terminaría escribiendo nuestras memorias y que siempre tendría algo que contarles a sus nietos, que irónico siempre pensamos en recolectar esas anécdotas para contarlas a los nietos y no a los hijos, de todas maneras aún me falta para llegar ahí, ni siquiera he pasado por la faceta de ser madre.

Dentro de todo siempre nos queda, además del sabor de recordarlo y narrarlo, también fotos que terminan por revelarnos detalles aún guardados en el más recóndito rincón de la memoria, como aquel viaje a la montaña para celebrar “el algo del momento”, siempre teníamos un motivo para celebrar, tanto si nos quedaba una materia como si la pasábamos con excelente calificación; o las escapadas de clases al bar más cerca, El Padrino, porque simple y llanamente el profesor terminaba siendo más aburrido que un partido de ajedrez narrado por radio; las fiestas en pijama que organizábamos en casa de la amiga que se quedaba sola porque sus padres estaban de viaje; las salidas a celebrar el cumpleaños de el amigo o la amiga, pero que por compromisos familiares terminábamos celebrando nosotros en el bar de turno y sin el cumpleañero, y pedíamos que nos cantasen el cumpleaños feliz y apagábamos nosotros la vela; o las idas al auto cine para hacer tiempo mientras nos abrían la disco y como nos gustaba ir en “patota” (o sea en grupo), y contando solo con un coche, pues siempre terminaban dos que les tocaba meterse en el maletero, nos dejaban pasar al auto cine y ya estando dentro, salíamos la pandilla del pequeño coche a sentarnos encima de él con una cerveza cada uno en la mano, eso sí íbamos porque no teníamos nada mejor que hacer y ni cuenta de que película daban en esa función, resultaba que luego nos enterábamos que era función matiné, horario infantil, dibujos animados, o sea Walt Disney :s y nosotros ahí vestidos y alborotados con una cerveza en la mano, haciendo tiempo para luego irnos a una disco mientras nos encontrábamos rodeados de niñ@s acompañados por sus padres, comiendo palomitas de maíz y con su respectivo refresco en mano, algunos hasta con un globo.

Lo cierto de todo es que resultaron son momentos muy gratos que siempre perdurarán en mi memoria y lograrán sacar a flote una sonrisa pícara porque sé muy bien que estoy viviendo nuevamente esos significativos tiempos, y lo más importante aún es destacar que vivimos y disfrutamos de esa época enormemente, sin necesidad de ningún estupefaciente para ser felices, mentiría si digo que ni consumíamos alcohol ni tabaco, por supuesto que lo hacíamos, pero dentro de todo mantuvimos nuestras aventuras, locuras y diversiones sanamente. En definitiva no creo necesario que para ser feliz tengas que hacerte daño a ti mismo, si que es cierto que ni el alcohol ni la droga son vitaminas, a la final terminan siendo las drogas legales, por así llamarlas, pero pertenecimos a una juventud en cierto modo consciente, responsable y sana.

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